Oasis

Prepara un calzado cómodo y adéntrate en silencio en el bosque. Sólo hay que dejar que los sentidos vayan despertando con los elementos naturales que iremos encontrando por el camino. Y aunque cada experiencia es única, lo que sí podemos corroborar, es que una finalizado el paseo, las emociones negativas y el estrés acumulado se habrán quedado atrás.

Algo similar ocurre con la poesía. Por un momento, mientras la estamos leyendo, el mundo nos parece otro. Por ello hemos seleccionado tres bellos poemas, para que los disfrutes con tu taza humeante entre las manos.

 

Un arte

El arte de perder se domina fácilmente;

tantas cosas parecen decididas a extraviarse

que su pérdida no es ningún desastre.

 

Pierde algo cada día.

Acepta la angustia de las llaves perdidas, de las horas derrochadas en vano.

El arte de perder se domina fácilmente.

 

Después entrénate en perder más lejos, en perder más rápido:

lugares y nombres, los sitios a los que pensabas viajar.

Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre.

 

Perdí el reloj de mi madre. Y mira, se me fue

la última o la penúltima de mis tres casas amadas.

El arte de perder se domina fácilmente.

 

Perdí dos ciudades, dos hermosas ciudades.

Y aun más: algunos reinos que tenía, dos ríos, un continente.

Los extraño, pero no fue un desastre.

 

Incluso al perderte (la voz bromista, el gesto que amo)

no habré mentido. Es indudable que el arte de perder se domina fácilmente,

así parezca (¡escríbelo!) un desastre.

__Elisabeth Bishop.

 

Después de las fiestas

Y cuando todo el mundo se iba

y nos quedábamos los dos

entre vasos vacíos y ceniceros sucios,  

 

qué hermoso era saber que estabas

ahí como un remanso,

sola conmigo al borde de la noche,

y que durabas, eras más que el tiempo,  

 

eras la que no se iba

porque una misma almohada

y una misma tibieza

iba a llamarnos otra vez

a despertar al nuevo día,

juntos, riendo, despeinados.

__Julio Cortázar.

 

El amor existe

El amor existe

como un fuego

para abrasar en su belleza

toda la fealdad del mundo.

 

El amor existe

como un presente de las diosas

benignas

a quienes aman la belleza

y la multiplican,

como los panes y los peces.

 

El amor existe

como un don

sólo para quienes están dispuestas

a renunciar

a cualquier otro don.

 

El amor existe

para habitar el mundo

como si fuera el paraíso

que un amante distraído perdió

por pereza

por falta de sabiduría.

 

El amor existe

para que estallen los relojes

lo largo se vuelva corto

lo breve infinito

y la belleza borre

la fealdad del mundo.

__Crisitina Peri Rossi.